Diseñado para la estimulación de tus sentidos, la masajista juega con varias técnicas para que tu piel experimente distintas texturas; plumas, caricias largas a un tiempo lento con la punta de sus dedos, amasamientos y pases con piedras calientes, maniobras de quiromasaje con aceite templado, presiones en determinados puntos e, incluso, suave contacto de su cuerpo sobre el tuyo. Todo esto en una habitación decorada con gusto, música acorde y olores finos. Puedes solicitar que vende tus ojos para transportarte a una experiencia sensitiva total.